Jesuitas España

Nuevo tiempo de actuar para la Paz

Un nuevo escenario mundial ha emergido como encrucijada de diversas crisis sobrepuestas y los retos que nos sorprenden. En la historia humana nada es apocalíptico de manera que nos deje inmovilizados por el miedo pero tampoco cabe la indiferencia. Somos actores responsables no meros espectadores pasivos de la historia. Pero son necesarias nuevas cartas de navegación y no basta la buena voluntad. Para ello hay que tomar conciencia de la situación y activar una nueva cultura de paz. 

El Seminario de Investigación para la Paz de Zaragoza ha asumido este objetivo como central para 2023 y ha comenzado su estudio y debate. En una primera aproximación general se ha tratado de encontrar los rasgos de la nueva realidad mundial emergente y auscultar el estado de ánimo que ha creado. Después durante el año de propondrán a debate siete recomendaciones como caminos de respuesta conjunta a los nuevos retos.

La primera sesión del proyecto ha comenzado con la intervención de Jesús Núñez, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria, reconocido analista de la geopolítica mundial. Explicó cómo en su opinión la crisis es sistémica porque los modelos existentes están ya agotados. Este rasgo urge lucidez para identificar los desafíos que surgen y encontrar las respuestas válidas. Hay muchas amenazas que dificultan la vida de los humanos en áreas parciales de su existencia. Quizá la mayor es la desigualdad. Pero hoy existen dos que, de no encontrar respuesta, imposibilitarían la totalidad de la existencia humana: las armas de destrucción masiva sobre todo nucleares; y la crisis climática, a las que para algunos habría que añadir en tercer lugar la disfunción tecnológica. El ponente se preguntó a continuación qué instrumentos multilaterales tendríamos para responder a estas amenazas globales y cómo estamos perdiendo inconscientemente algunos que son válidos.

Después de mapear los rasgos de la realidad actual, la profesora de Psicología de la Universidad P. Comillas, Ana García-Mina Freire, se preguntó qué emociones personales y colectivas suscita. Hizo ver la importancia de las emociones tanto en la interpretación como en la respuesta a la realidad. Eso vale en la vida personal pero también en la colectiva. Nos encontramos en ese caso con la sensibilidad de una época. Las emociones colectivas no sólo provienen de la percepción de la realidad sino que influyen en ella, y por eso son provocadas intencionadamente por quienes pretenden un control de esa realidad. Es impensable poder actuar con sentido común sobre la realidad sin hacernos conscientes de bajo qué emociones estamos e identificar sus efectos.

Ambas ponencias fueron seguidas por unas 150 personas, y como todas las sesiones, se pueden visualizar en Youtube/FundaciónSIP. Un grupo de trabajo de 22 personas dedicó después tres horas y media para su profundización y debate.